Resulta demasiado pequeña para ser una atalaya como las que se hicieron para proteger Talavera (El Casar, Segurilla, Torrejón, San Vicente...). Tal vez fuese un punto intermedio o un hito de señalización. En todo caso sus reducidas dimensiones no permiten albergar a ningún ocupante.
No se conocen datos concretos de esta torre. El topónimo del monte en el que se asienta (Atalaya) hace pensar en una función de vigilancia semejante a las del grupo de atalayas que defendían Talavera por el norte (El Casar, Segurilla, Torrejón, San Vicente, Cardiel). La misión de estas torres era avisar de posibles ataques cristianos que procedentes de Avila atravesasen los puertos de la sierra de Gredos. Este sistema está documentado históricamente en el s. XII, aunque debía existir ya en época califal.
Esta torrecilla es semejante a las mencionadas, pero en miniatura, lo que invalida un empleo semejante. No tiene puerta ni espacio habitable interior ni lo pudo tener por lo pequeña que es. No pudo servir de refugio y la vigilancia que se hiciese desde allí no pudo confiar en refugiarse en lo que es poco más que un pedestal.
Si es coetánea del sistema andalusí de defensa de Talavera, queda la posibilidad de que fuese una estación repetidora de las alertas enviadas desde las torres colaterales (El casar, Segurilla), para lo que habría que comprobar la visibilidad y la necesidad de ganar altura. También pudo ser un hito de esa época o más tardío, aunque el topónimo "atalaya" indica una función activa de vigilancia.
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